Maternidad

La maternidad expectativas versus realidad

Una de las cosas sobre las que prácticamente todo el mundo genera expectativas es sobre la maternidad. Todos hemos tenido padres, hermanos con hijos, amigos que han sido los primeros en tenerlos o, incluso, esa familia que viste en un restaurante o en un centro comercial y que por algo te llamó la atención.

Seguro que en algún momento se te ha pasado por la cabeza eso de “Si fuera mi hijo jamás le dejaría hacer eso” o “Da gusto con este niño, espero hacerlo así de bien cuando sea madre”.

Y, si nunca has generado ningún tipo de expectativas, no te preocupes, como mínimo durante los 9 meses antes de convertirte en madre lo harás. Parecerá que llevas un radar incorporado que detecta a todos los niños a la redonda y que analiza todas las situaciones que se viven alrededor en las que tu por supuesto, actuarías de otra manera (o no, si los niños son unos angelitos obedientes y educados).

Imagen de Stux
Imagen de Stux

Es fácil imaginarnos preciosos paseos por la playa en familia, su primera vez jugando con la arena… pero la realidad dista mucho de esto. Alguno bueno sale, no voy a mentir, pero lo normal es que al niño no le guste la arena las primeras veces, igual llora porque tiene sueño, estás tan preocupada porque no se coma la arena que ni te has quitado la ropa, y un largo etc.

Voy a desahogarme intentar resumir algunas expectativas que nos generamos sobre la maternidad y como es en realidad:

Imagen de David
Imagen de David

El Ipad en la mesa:

Es el #TopOne no conozco un solo padre que haya ido a comer a un restaurante (antes de serlo) y no haya mirado por encima del hombro a los de la mesa de al lado pensando en lo malísimos padres que son por dejarles el Ipad a sus hijos. Sí, yo también era de esas. Juré y perjuré que JAMÁS haría eso pero me tuve que comer mis palabras, una detrás de otra… Eso sí, a día de hoy los dibujos sólo se ponen al terminar de comer, se espera tranquilamente que llegue la comida, se come y cuando se termina, le ponemos los dibujos mientras que nosotros tomamos el café y hacemos sobremesa tranquilamente. No pongo la mano en el fuego porque en un futuro se lo encasquete nada más sentarme (no escupas pa´riba que te mojas fijo)

Pero es que seamos realistas, si quieres ir a un restaurante y poder comer tranquilamente (con sobremesa incluso), sin que te miren mal todas las mesas de alrededor y camareros, es una solución perfecta. No digo que sea la única eh, algo para pintar también suele dar mucho juego.

Caca, culo, pedo, pis:

Si amigos sí, estos palabros se hacen con la segunda plaza. Quién no ha pensado “¡que niño más maleducado!” cuando un niño ha soltado esto en medio de un supermercado, al decirle “Hola” o en cualquier momento así sin más.

Yo levanto la mano, no sólo lo he pensado, si no que he ido más lejos y he pensado “es mi hijo y se iba a enterar”. Pues es tu hijo y te quedas con la misma cara que el resto, porque no te esperabas para nada que soltara eso que sabe perfectamente que NO se puede decir. Eso por lo que le has reñido más de una vez, incluso algún día se ha quedado sin dibujos por decirlo y que te ha dicho mil veces “Mami, no lo vuelvo a decir”. En fin…

Imagen Eduardo Millo
Imagen Eduardo Millo

Las rabietas en público:

Otro de mis preferidos. Seguro que has visto alguna vez la típica escena de un niño tirado en el suelo o a grito pelado en un supermercado, restaurante o incluso por la calle y, la madre, aparte de ponerse roja como un tomate poco más puede hacer. Aquí reconozco que mi mente ha hecho un giro de 360 grados, antes pensaba “uffff pero porque no le coge le pega un par de gritos y listo”, ahora simplemente pienso “pobre” (la madre o el padre, por supuesto).

Cuando no tienes hijos piensas que es un niño mal educado y consentido. Cuando los tienes, sabes perfectamente que es una etapa que pasan TODOS LOS NIÑOS (unos más que otros) y que poco puedes hacer para sacarlos de ahí. A Pitufo por ejemplo, lo que mejor le funciona es que no le de importancia. He tenido suerte de que rara vez ha montado un espectáculo en público, pero si no… Sí, sería de esas malasmadres que tienen un niño consentido gritando en medio del supermercado y no hace nada por callarlo.

Podría poner más ejemplos pero no quiero ni aburrirte, ni desanimarte si estás pensando ser madre/padre.

Y es que, visto desde fuera ser madre/padre parece mucho más fácil de lo que es en realidad. Pensamos que según la educación que les demos así serán nuestros hijos y que siempre actuarán de la manera correcta. Es cierto que influye, pero no se nos puede olvidar que ellos son personas independientes con su propio carácter, sus propios impulsos, algunos más inquietos, otros más payasetes y eso, va innato en ellos.

Hay una frase que me encanta por que no puede ser más cierta “la única madre perfecta es la que no lo es todavía”.

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